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En el Día de Conmemoración de las Personas sin Hogar: Del Duelo a la Misión

Cada 21 de diciembre, las comunidades de todo el país conmemoran el Día Nacional de Conmemoración de las Personas sin Hogar para recordar a nuestros vecinos que perdieron la vida antes de que pudieran salir de la situación de calle. Las vigilias celebradas en este día, que coincide con la noche más larga del año, sirven como un recordatorio crudo pero necesario de que la falta de vivienda, especialmente la que se vive a la intemperie, puede ser una sentencia de muerte.

La falta de vivienda es indudablemente traumática, pero no hablamos lo suficiente sobre el costo mortal que puede tener. Lo más trágico es que la mayoría de estas muertes son prevenibles: aquellos que perdieron la vida debido a condiciones climáticas extremas aún estarían vivos si hubieran tenido un hogar; aquellos como Jordan Neely, que murieron a causa de la violencia de otros ciudadanos o a manos de las fuerzas del orden, aún estarían a salvo si hubieran tenido un lugar al que llamar hogar; y aquellos que fallecieron como resultado de condiciones de salud tratables aún estarían saludables porque, después de todo, la vivienda es atención médica.


Conociendo Quién Está sin Hogar

No existen datos nacionales sobre el número de muertes asociadas a la falta de vivienda. Las comunidades rastrean estos datos de manera diferente; no hay un estándar para los informes locales. Las morgues normalmente no registran la situación de vivienda de quienes llegan a su cuidado. Es poco probable que el estado de vivienda se registre en cualquier informe de «causa de muerte» realizado por un profesional médico. Con mayor frecuencia, depende de las organizaciones locales rastrear las muertes de las personas que conocen. No hay nadie contando las muertes de las personas que no conocen. Y a menudo también depende de estas organizaciones asegurar que las personas que han fallecido mientras experimentaban la falta de vivienda reciban la misma dignidad en su muerte que las personas con hogar. No es sorprendente que las personas que estaban sin hogar al momento de su muerte sean con demasiada frecuencia olvidadas, cuando cada día nuestra sociedad olvida que ellos también son humanos, y que ellos también merecen amor, vida y alegría.


Lamentamos – y Actuamos

Mientras que el Día Nacional de Conmemoración de las Personas sin Hogar nos brinda la oportunidad de llorar a quienes se han perdido, también es un momento para reflexionar sobre las vidas de nuestros vecinos sin hogar que luchan por sobrevivir. Hay miles de personas en todo el país esperando que este sea el día, la semana o el año en que puedan salir de las calles y tener un lugar propio.

Debemos utilizar este día para fundamentarnos en el conocimiento de que la falta de vivienda es tanto prevenible como curable, y para ambos, el tratamiento es el mismo: vivienda con diferentes dosis de atención médica y servicios de apoyo adaptados a las necesidades individuales.

Que este día sea un día de duelo y reflexión. Pero que mañana sea un día en el que usted tome acción. Utilice su voz y su influencia para apoyar una mayor inversión en programas de vivienda locales y federales que están significativamente subfinanciados. Presente argumentos en su comunidad sobre por qué más opciones de vivienda asequible benefician a todos, y por qué los servicios de acompañamiento son tan importantes. Apoye las medidas electorales locales y estatales que protegen los derechos civiles y humanos de las personas sin hogar, y abogue en contra de aquellas que buscarían castigar a las personas que no tienen otro lugar adonde ir.

Juntos, podemos inspirar la fe de que es posible acabar con la falta de vivienda. Lideremos con amor y equidad mientras avanzamos hacia el nuevo año para que podamos llevar a las personas a casa.

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