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La falta de vivienda y la historia afroamericana: el acceso a la vivienda

3 min
Written by NAEH

La falta de vivienda es lo que ocurre cuando el acceso a la vivienda está fuera del alcance. La creciente brecha entre el aumento de los costos de la vivienda y los salarios estáticos en los últimos años ha significado un incremento constante en las tasas de falta de vivienda. Para los afroamericanos, generaciones de exclusión del acceso a la vivienda significan hoy una sobrerrepresentación significativa entre las personas que experimentan la falta de vivienda.

Cuando la vivienda es inaccesible

El acceso desigual a la vivienda es parte de un largo legado de injusticia. Históricamente, las políticas oficiales y de facto discriminatorias como la segregación residencial, la segregación de los desarrollos de vivienda y los subsidios gubernamentales a las comunidades blancas han excluido a los afroamericanos del acceso a la vivienda estable y el crecimiento económico.

Durante el apogeo de la Gran Depresión en 1933, el gobierno federal comenzó a implementar nuevos programas diseñados para hacer que la vivienda fuera más accesible para los estadounidenses recientemente empobrecidos. Sin embargo, los principales beneficiarios de estos programas fueron las personas blancas de clase media. Las comunidades suburbanas recién desarrolladas excluyeron a los afroamericanos y otras personas de color, empujándolos a áreas urbanas densamente pobladas y con escasos recursos. Esta exclusión solo continuó en los años subsiguientes, exacerbando las disparidades.

La segregación residencial y la prevención de la propiedad de vivienda

A partir de 1934, la Administración Federal de Vivienda (FHA, por sus siglas en inglés) reforzó las tácticas segregacionistas existentes al negarse a asegurar viviendas en comunidades predominantemente afroamericanas. La FHA justificó esta política oficial, conocida como segregación residencial, describiendo los vecindarios afroamericanos como un riesgo elevado. El resultado final aumentó la propiedad de vivienda entre los estadounidenses blancos, pero no entre los afroamericanos.

La FHA no solo se negó a asegurar viviendas en comunidades afroamericanas. También luchó activamente contra la integración y la propiedad de vivienda de los afroamericanos. En el raro caso de que una familia afroamericana pudiera permitirse comprar en un vecindario blanco sin asistencia gubernamental, la FHA rechazaría las hipotecas en el área incluso para los ocupantes blancos. Su pretexto era que la comunidad ahora estaba en un riesgo mayor debido a la amenaza de integración. Esta práctica imponía una capa adicional de restricción contra los potenciales propietarios afroamericanos. Además, aseguraba que los residentes afroamericanos no se convirtieran en propietarios de viviendas y empujaba a los afroamericanos a áreas urbanas abarrotadas que ayudaron a crear generaciones de pobreza.

Políticas similares persistieron hasta la segunda mitad del siglo XX. En 1963, la histórica Marcha sobre Washington incluyó demandas para poner fin a la segregación y la discriminación en la vivienda. Para 1968, se había introducido la Ley de Vivienda Justa, que prohibía la discriminación racial en la vivienda privada. Aun así, los solicitantes afroamericanos y no blancos continuaron enfrentando barreras desproporcionadas para acceder a la vivienda.

Para cuando los afroamericanos fueron técnicamente libres de comprar casas en las comunidades que previamente los habían excluido, la mayoría no podía permitírselo. Durante las décadas en que se promovió la propiedad de vivienda blanca pero se excluyó a los afroamericanos, las familias blancas acumularon patrimonio, mientras que las afroamericanas quedaron atrapadas en ciclos de pobreza.

Efectos duraderos

En la actualidad, los efectos a largo plazo de la segregación en la vivienda persisten para los afroamericanos. En 2020, la Oficina del Censo informó que solo el 44% de los afroamericanos son propietarios de viviendas, una cifra eclipsada por las tres cuartas partes de los hogares blancos propietarios. Los afroamericanos también tienen más probabilidades de asumir más deudas para comprar viviendas, lo que los ata con mayores pasivos. Los afroamericanos que son propietarios de viviendas tienen los ingresos medios más bajos de todas las razas, y sus hogares tienen el menor valor. Todos estos factores han llevado a un número desproporcionado de afroamericanos a experimentar la falta de vivienda, debido a la discriminación sistémica en la vivienda.

Disparidades en la actualidad

El legado de la segregación en la vivienda también continúa impactando la falta de vivienda moderna. Las asombrosas disparidades raciales en la falta de vivienda moderna pueden atribuirse en parte al hecho de que los afroamericanos han sido excluidos de los procesos de crecimiento de este país durante tantas generaciones.

De cara al futuro, se debe incluir un enfoque particular en abordar las disparidades en cualquier plan para poner fin a la falta de vivienda. Comprender por qué existen estas disparidades es el primer paso para eliminarlas por completo. En este Mes de la Historia Afroamericana, es tan importante como siempre recordar la historia que nos trajo hasta aquí e incorporarla en nuestro trabajo futuro.

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