Desde hace algún tiempo, el número de personas mayores que experimentan la falta de vivienda ha mostrado una tendencia al alza. Si bien actualmente no existe información nacional definitiva sobre el número de adultos mayores sin hogar, el personal de los albergues de emergencia está observando que más adultos mayores se presentan en sus puertas. Algunos adultos mayores comparten que perdieron sus empleos durante la pandemia: en muchas situaciones, ellos o sus parejas enfermaron o fallecieron y ya no pudieron pagar el alquiler. Otros adultos mayores han señalado que no pudieron encontrar otro lugar para vivir después de que sus hogares fueran vendidos sin su consentimiento, o sus arrendadores, deseando capitalizar el mercado inmobiliario, no renovaron los contratos de arrendamiento. Sus historias ilustran cómo circunstancias inesperadas pueden resultar en la falta de vivienda, y los defensores afirman que este tipo de situación se está reproduciendo en todo el país.
Los adultos mayores a menudo necesitan ayuda que va más allá de una cama
El personal de servicios para personas sin hogar trabaja arduamente para proporcionar a los individuos espacios de vida seguros. En ocasiones, las necesidades de los adultos mayores son más complejas de lo que el personal de servicios residenciales puede satisfacer y/o de lo que las características de las instalaciones físicas del albergue pueden acomodar. He aquí algunos desafíos comunes al servir a adultos mayores que experimentan la falta de vivienda y buscan albergue de emergencia:
Los adultos mayores se ven desproporcionadamente afectados por condiciones de salud crónicas, como diabetes, artritis y enfermedades cardíacas, y estas condiciones pueden limitar su capacidad para realizar actividades de la vida diaria como bañarse, vestirse, ir al baño, así como actividades instrumentales de la vida diaria (por ejemplo, usar el teléfono, tomar medicamentos). Además, los adultos mayores pueden presentar pérdida de memoria u otros deterioros cognitivos.
Impacto: Esto significa que pueden necesitar ayuda con tareas como ir al baño, bañarse y tomar medicamentos. Ambas actividades para las cuales el personal generalmente no está capacitado ni certificado para proporcionar, y el almacenamiento de medicamentos recetados puede tener requisitos de licencia.
Los adultos mayores pueden tener limitaciones de movilidad. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de uno de cada cuatro adultos mayores sufre caídas cada año, y a veces el miedo a caerse puede hacer que un adulto mayor limite sus actividades.
Impacto: Esto significa que los adultos mayores con limitaciones de movilidad pueden no ser capaces de hacer fila para obtener comidas: pueden necesitar modificaciones en los baños, y algunas configuraciones de camas (como las literas) pueden crear barreras y ponerlos en riesgo de caídas y lesiones. Los proveedores pueden necesitar reconsiderar el diseño del programa, como la provisión de comidas, la ubicación de los baños y la disposición de las habitaciones. Por ejemplo, las mesas del comedor pueden necesitar ser configuradas para acomodar desafíos de movilidad, los baños pueden necesitar incorporar elementos de diseño universal, los adultos mayores pueden necesitar ser ubicados en dormitorios más cercanos a los baños, y en camas más cercanas al suelo.
La salud bucal es importante para la salud y el bienestar general. Según los CDC, casi el 17 por ciento de los adultos mayores ya no tienen sus dientes naturales. Para los adultos mayores con condiciones de salud crónicas, la buena nutrición adquiere aún más importancia.
Impacto: Mientras que los albergues de emergencia pueden ofrecer comidas para satisfacer preferencias alimentarias (por ejemplo, vegetarianas), es menos probable que proporcionen diferentes tipos de alimentos (blandos o regulares) o dietas terapéuticas, considerando la salud bucal y la prevalencia de condiciones crónicas como la diabetes.
Uno de cada cuatro adultos mayores reporta experimentar un problema de salud conductual como depresión, ansiedad o trastorno por uso de sustancias. Según la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de los Estados Unidos, probablemente millones más no sean diagnosticados. La Academia Nacional de Medicina encontró que menos del 50% de los adultos mayores con trastornos mentales y/o por uso de sustancias reciben tratamiento.
Impacto: Cuando estos problemas no son tratados, pueden llevar a una disminución del funcionamiento y pueden complicar el tratamiento de condiciones de salud crónicas, y cuando el personal no puede identificar este tipo de problemas y/o desconoce los recursos, resulta en necesidades adicionales no satisfechas.
Conclusiones principales
- A medida que la población de adultos mayores aumenta en los Estados Unidos, el número de adultos mayores que experimentan la falta de vivienda también está aumentando.
- Muchos adultos mayores tienen desafíos complejos de salud y sociales. Satisfacer sus necesidades puede ser un reto para el personal de los albergues de emergencia que no está capacitado para proporcionar cuidado personal y/o administración de medicamentos.
- Las características físicas de algunos albergues de emergencia no están diseñadas para acomodar a individuos que necesitan asistencia con actividades de la vida diaria o que tienen impedimentos cognitivos.
- Algunos albergues cierran durante el día y requieren que los participantes se retiren. Este tipo de prácticas operativas pueden crear barreras para los adultos mayores.
Cuestiones para consideración adicional
La tendencia de adultos mayores que se convierten en personas sin hogar, muchos de los cuales tienen condiciones de salud crónicas, deterioro cognitivo y limitaciones de movilidad, y que ingresan al sistema de albergues debería impulsarnos a responder. Rediseñar los programas de red de seguridad y financiar suficientemente soluciones de vivienda y servicios de apoyo para esta población sería una respuesta bienvenida, aunque compleja. Con la esperanza de avanzar el diálogo, he aquí algunas preguntas concluyentes para abordar las circunstancias actuales:
- ¿Cuál es el papel de los albergues de emergencia en satisfacer las necesidades de atención complejas de los adultos mayores?
- Tener formación gerontológica es importante. Programas como el Centro de Recursos de Vivienda y Servicios del Departamento de Salud y Servicios Humanos pueden desempeñar un papel crucial en fomentar la colaboración y las asociaciones intersectoriales. ¿Cuáles son otras formas de establecer puentes para compartir conocimientos entre los sectores de personas sin hogar, atención médica y servicios para personas mayores en primera línea?
- Las Agencias del Área sobre el Envejecimiento ofrecen una variedad de programas y servicios en apoyo a los adultos mayores y adultos que viven con discapacidades. ¿Cómo se pueden aprovechar estos recursos para apoyar a los participantes de programas de albergues que son adultos mayores?
- ¿Necesitarán los albergues de emergencia facturar a Medicaid por los servicios de cuidado personal proporcionados, pueden los participantes recibir servicios en albergues de emergencia bajo servicios basados en el hogar y la comunidad, o ajustará HUD las directrices del programa para incluir la provisión de servicios de cuidado personal? Si es lo último, ¿añadirá HUD financiamiento para servicios de cuidado personal para acomodar el aumento en los costos de personal —contratación de asistentes de enfermería certificados, asistentes de administración de medicamentos?
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