Los albergues de emergencia desempeñan un papel crucial en el sistema de respuesta a la falta de vivienda de una comunidad: proporcionan un lugar inmediato para alojarse mientras las personas se reconectan con la vivienda. Los albergues funcionan mejor cuando las personas pueden entrar y salir rápidamente, con un nivel apropiado de servicios para sus necesidades.
Sin embargo, los albergues de emergencia en todo el país están observando un aumento en la proporción de adultos que ingresan a sus programas que son de edad avanzada, que informan tener una discapacidad y que provienen de lugares sin refugio. Esto demuestra que los albergues de emergencia atienden a una población cada vez más vulnerable, que puede enfrentar mayores obstáculos para obtener vivienda o tener mayores necesidades de servicios y apoyo.
Estas tendencias subrayan la necesidad de recursos federales y comunitarios para satisfacer las crecientes demandas. También destacan la importancia de modelos de albergue de bajas barreras que puedan conectar rápidamente a las personas con vivienda y servicios de apoyo.

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